Esto está ocurriendo en tu mente. Quieres limpiarla, pero la idea de un final "achica" la mirada, pierdes perspectiva, y nada niega más la sacralidad de ese momento, que el deseo incesante de pasar rápidamente a otra cosa. El plantearse a qué cosas renunciar, cuando eso formó parte de tu identidad, no es fácil. El miedo puede estar presente, pero necesitarás trascenderlo para mirar de lleno a quien has sido y ya no serás (para bien, siempre para bien).Es un momento de inflexión del que tomas consciencia, por eso duele.
Pero pese a eso, terminas comprendiendo que ese final tiene sentido, porque te permite mirar la vida con los ojos bien abiertos y con más oxígeno. Y puedes ver ahí, donde creías que había poco para ofrecer, posibilidades latiendo. Comprendes que, después de todo, sí podías soltar a quien ya no eres, y que tu mente nunca fue un obstáculo, sino un precioso recurso de tu consciencia.
Cuatro de espadas, Arcano XIII y La Estrella, Tarot de Marsella.