La incomodidad liberadora

15 Julio, 2021

"Aprende a confiar en lo que está ocurriendo. Si hay silencio, déjalo aumentar. Algo surgirá. Si hay tormenta, déjala rugir. Se calmará."

Con su influencia marciana, La Torre derriba estructuras mentales. La casa de las creencias se derrumba para liberar una energía encerrada. La Torre invita a dejar caer lo que tenga que caerse, y nos sugiere que permitir esa destrucción, asumiendo la dura y cruda verdad, es lo único que podrá elevarnos, lo verdaderamente transformador. Esto es a lo que nos hemos resistido durante tanto tiempo. Esta energía es fuerte y molesta, incómoda pero liberadora. Si la dejamos actuar, no vendrá sola: con ella nos sobreviene la fuerza para soltar lo que ya nos hirió demasiado, lo que nos debilitó demasiado, lo que ya no queremos ser, o hacer, o donde ya no queremos estar. Nos ayuda a que ese escenario se transforme al fin para poder sintonizarnos con lo que somos Hoy.

El Dos de Espadas sugiere un conflicto de ideas, lo nuevo que se contrapone a lo que ya existía en nuestra mente, creando una polaridad que nos mantiene en cierta inercia. Meditar es el consejo de esta carta. Permitir el silencio para que surja el OM liberador y creador.

Ambas cartas suman 18, señalando la atmósfera de La Luna, oscura y profunda, que nos envuelve en confusión, recordándonos que es en las sombras en donde nuestra Luz Interior se robustece. La Luna nos atraviesa, cala nuestras emociones nublando así nuestro discernimiento; pero la confusión ante el caos o el miedo reclama silencio, aceptación y desapego. Detrás de cada proceso destructivo y doloroso hay una verdad profunda y luminosa emergiendo, pidiéndonos que la integremos a nuestro corazón, que seamos valientes. Permitámosle que emerja en el silencio y nos guíe hacia el final del túnel, que está allí adelante.

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