Inciensos naturales

07 Enero, 2023

En el momento de encender un incienso nos sentimos sintonizados con algo puro y sagrado, percibimos que nuestro espacio eleva su vibración y nos inunda una sensación de paz. El incienso es evocador de un mensaje y éste nos llega de forma sutil. El humo se vuelve sagrado, sanador, liberador, y decidimos que es bueno para nosotros. Intuitivamente lo sabemos.

De la misma forma que muchas veces nos sentimos atraídos por los cristales que necesitamos, lo mismo ocurre con los sahumerios. Es probable que nuestros sentidos se enamoren de una fragancia, mientras que en un aspecto subconsciente lo que nos atrae es su mensaje.

¿Buscamos conectar con la paz? ¿Con la "limpieza"? ¿Con la aceptación? ¿Con la sacralidad de nuestros rituales? ¿Con la purificación de nuestro espacio personal? El motivo mental es secundario, el encender un incienso tiene más que ver con una necesidad cuya procedencia desconocemos, y a través de él buscamos conectar con nuestra parte más elevada, hacer consciente a nuestro Ser interno. Todo eso que ya está en nosotros se activa misteriosamente y nos sentimos en unidad con la Vida.

Las hierbas, las flores y las resinas con las que preparamos nuestros sahúmos son parte de nosotros. Atraemos lo semejante, lo que necesita ser recordado, y esa Unidad, al dejarnos envolver por su fragancia, es la que nos hacen sentir tan bien.

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