Como seres vibratorios, tenemos una frecuencia que se alinea con la frecuencia de nuestros pensamientos y de nuestras emociones. Los pensamientos son el lenguaje de la mente, las emociones son el lenguaje del corazón, y la geometría sagrada es el lenguaje del alma, el lenguaje que el subconsciente entiende. Es desde el subconsciente que podemos acceder al campo cuántico, al spa de posibilidades ilimitadas de las cuales el potencial puede ser guiado para crear nuestra realidad.
A menudo es nuestra mente consciente (pensante) la que nos impide crear las cosas que realmente deseamos; nos impide abrirnos a los potenciales de algo nuevo y benevolente entrando en nuestra vida. Simplemente porque no hemos experimentado algo antes, no creemos que sea posible. Operamos desde dentro de una caja de creencias basadas en un razonamiento claro, preciso, analítico y lógico, todas las cosas que nuestra mente consciente ama.
Todas las imágenes se basan en la Geometría Sagrada, y la Geometría Sagrada funciona al nivel del alma. Se puede sentir profundamente, activando partes de nosotros que son subconscientes y multidimensionales. La energía de las activaciones interactúa con tu energía. Los bloques de energía se pueden disolver y se pueden hacer nuevas conexiones, lo que permite el espacio para nuevas perspectivas.
Las activaciones son catalizadores para la transformación; son herramientas de meditación visuales y multidimensionales. A través de la geometría sagrada (color, patrones, luz), las activaciones crean un puente entre la vista y el alma que apoya tu viaje hacia el interior: el crecimiento y expansión de tu consciencia. Es un puente hacia el subconsciente.
Extracto del libro del oráculo Activaciones de la Geometría Sagrada, uno de los oráculos con los que complementamos nuestras lecturas akáshicas.